La ciudad de Federación, situada en el noreste de la provincia de Entre Ríos, estaba estructurada, como la mayoría de las ciudades argentinas, sobre “el clásico trazado en manzanero legado por las Leyes de Indias” y fue caracterizándose de acuerdo al desarrollo de los diferentes roles económicos. La evolución de las funciones económicas y del accionar de las diferentes fuerzas sociales fueron determinando una particular organización del espacio urbano en el cual se distinguían diferentes “barrios” o distritos urbanos que plasmaban claramente las desigualdades de la estructura socioeconómica local.
La ciudad presentaba diferentes sectores urbanos: Casco Central; zona La Curtois; barrio Industrial; barrio San Lorenzo; barrio Salto Grande; barrio San Miguel; barrio Miguelito y barrio La Virgen. Todos ellos rodeados por quintas al sur, el arroyo La Virgen al norte, la ruta Nº 14 al oeste y el río Uruguay al este. El Casco Central era la zona más antigua y la más poblada de la ciudad. Concentraba las actividades administrativas, financieras, jurídicas, recreativas y en gran medida, las comerciales. Era el lugar donde se realizaban los eventos comunitarios más importantes como la conmemoración de la Virgen Inmaculada Concepción y la Fiesta de los Estudiantes, y estaba habitado por los sectores medios y por la mayoría de los industriales y profesionales de la ciudad. En síntesis, el Casco Central representaba el origen de la ciudad y se comportaba como el corazón de la misma.
Respecto a la imagen de la ciudad de Federación existen tres aspectos que queremos destacar, dado el grado de modificación que tuvieron a causa del proceso de relocalización. En primer lugar, la ciudad no poseía una imagen integral, globalizadora, sino que era “la resultante de una suma de imágenes captadas, en forma aislada y con una escasa vinculación estructural entre sí”. Esas imágenes aisladas estaban representadas por los distintos modos específicos de apropiación del espacio individual y social, en suma, por los diferentes distritos urbanos. No obstante, la imagen de la ciudad adquiría una marcada particularidad por la presencia permanente del verde que actuaba como factor aglutinador dominante de esas imágenes aisladas. Por último, otro elemento que contribuía a estructurar una imagen singular de la ciudad era el río Uruguay, pues gran número de los procesos sociales y económicos locales más significativos se relacionaban con la localización costera de Federación. De esta forma, el verde y el río conformaban dos elementos esenciales para la autoidentificación de los federaenses.
Consecuencia de la formación del lago de la represa argentino-uruguaya de Salto Grande, en Federación se inundaron un 70% de la planta urbana: la zona Costanera y el Casco Central, es decir, el área con mejor infraestructura, mayor equipamiento y donde vivían las familias tradicionales de la ciudad. También, se inundaron el barrio Industrial, donde estaban asentados el mayor número de aserraderos y la curtiembre, y las quintas de fin de semana, situadas en la zona La Curtois. La estación de trenes también quedó bajo las aguas y, en el barrio San Lorenzo, si bien fue afectado parcialmente, se inundaron la mayoría de sus comercios, la escuela Nº 42 y el Club Atlético San Lorenzo. Respecto a los barrios Salto Grande y San Miguel, donde se situaba el Hospital San José, fueron parcialmente afectados. Por último, los barrios periféricos fueron afectados en forma diferencial. El barrio La Virgen fue totalmente inundado por su cercanía con el arroyo homónimo; en tanto que en el barrio Miguelito, la mayoría de las viviendas quedaron en pie.
Los federaenses eligieron el emplazamiento actual a través de un Plebiscito Popular llevado a cabo en octubre de 1974. La elección del paraje denominado “La Virgen-Federación” fue seleccionado, entre otros factores, por la proximidad con el antiguo asentamiento. Esta proximidad no reflejaba una actitud meramente nostálgica de los federaenses, sino que tenía fundamentos concretos: no todo el antiguo asentamiento fue demolido, quedando allí fuentes de trabajo (el área industrial) y aproximadamente 500 familias de muy escasos recursos, para quienes el gobierno provincial no realizó planes de viviendas en el nuevo asentamiento. En síntesis, estos sectores socioeconómicos nunca fueron insertos en los proyectos de la planta urbana de Nueva Federación. Estos sectores sociales han sido paulatinamente relocalizados en nuevos barrios en la periferia de la nueva Ciudad, a través de planes de viviendas que han contado con fondos de la Comisión Técnica Mixta (Delegación Argentina); del gobierno provincial y apoyo municipal a partir de 1992.
La exclusión de estos sectores en el nuevo centro urbano dio origen a la fragmentación del territorio federaense, con dos realidades. Por un lado, se erguía Federación (denominada la Nueva), una ciudad moderna, comercial y centro de residencia de los sectores medio y medio alto locales, y del otro lado, se localizaba el Remanente Vieja Federación (la Vieja), campamento "mutilado" de industrias y viejas casas donde residían gran parte de los obreros de los aserraderos y una numerosa mano de obra no especializada, que escasas veces pudo usufructuar la infraestructura y el equipamiento de la nueva ciudad.
Nueva Federación es una ciudad totalmente planificada y fue inaugurada el 25 de marzo de 1979. Presenta una estructura simétrica y homogénea -que se fue desdibujando en las áreas periféricas por asentamientos precarios y posteriores planes de viviendas- y está zonificada según el equipamiento y la infraestructura (calle comercial, zona de talleres, áreas residenciales, etc.). La nueva planta urbana, con 460 ha de superficie (año 1979), posee en el distrito urbano que hemos denominado el Casco, una infraestructura de servicios de moderna tecnología (red de agua potable, desagües cloacales, iluminación pública a mercurio, pavimento, por ejemplo). Dado que la ciudad de Federación ha tenido un constante crecimiento desde su inauguración describiremos primero, cómo era la ciudad en la primera etapa post-relocalización (1979-1981), período en que se finalizaron las viviendas, la infraestructura y el equipamiento básico y a continuación, especificaremos los barrios y equipamientos que fueron sumándose a la nueva trama urbana durante el período 1981-1996.
Respecto a las viviendas, el “Consorcio Nueva Federación” -consorcio de empresas constructoras que construyeron la nueva ciudad, en marzo de 1977- construyó un total de 1.015 viviendas, dejando terrenos libres destinados a la construcción de edificaciones por iniciativa privada. Las viviendas, de tipo individual, presentaban cuatro standard diferentes (A, B, C y D), de acuerdo a los niveles de terminación. Asimismo, edificó 93 locales comerciales, localizados en la avenida principal que cruza la ciudad de norte a sur, y los minoristas de artículos alimenticios situados en varias zonas.
En 1978, ante la falta de viviendas para los segmentos sociales de menores recursos, el Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda de la provincia de Entre Ríos construyó 192 viviendas (standard E y F), mientras que el Fondo Nacional de la Vivienda, organismo nacional, financió la realización de 100 viviendas con un único prototipo (en adelante, barrio FONAVI-1).
A partir de 1981, comenzaron a formarse dos asentamientos de viviendas precarias, con utilización de formas tradicionales de construcción -casas de adobe con techos de paja o de tablones de madera- en áreas externas a la planta urbana de la nueva ciudad.
La imagen de la nueva ciudad se caracterizó, en sus primeros años, por ser totalmente opuesta a la imagen del anterior asentamiento. Presentaba una imagen desintegrada, compartimentada según las funciones planificadas para cada una de sus áreas. Una ciudad sin verde, sin el río, sin la plaza; factores esenciales que aglutinaban, que estimulaban el encuentro, que afianzaban el carácter de comunidad, en suma, que identificaban. En forma gradual, los federaenses llenaron con “verde” sus viviendas y las calles de la ciudad. Recrearon nuevos espacios sociales y el lago, rechazado en los primeros años por “todo lo que se llevó”, y que luego pasará a ser identificado cotidianamente como el “río”. Ese “río” donde van a tomar sol, a pescar, a realizar actividades náuticas, pero fundamentalmente a encontrarse, como si aún vivieran en la antigua ciudad. Por último, reconstruyeron la plaza (1991), ahora denominada “Libertad”, que retomó su rol de centro de reunión.
Denominamos Remanente Vieja Federación al área no inundada del anterior asentamiento, situada al sur de Nueva Federación y que está separada de la misma, por un brazo del lago de Salto Grande.
En 1979 presentaba edificaciones no demolidas pertenecientes a los antiguos barrios San Miguel, Salto Grande, Miguelito y San Lorenzo. El Área Industrial estaba en plena formación -con pequeños, medianos y grandes aserraderos, y una tradicional curtiembre- y el Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda de la provincia de Entre Ríos construía aceleradamente 120 viviendas con un nivel precario de terminación (standard G). La dependencia de los habitantes del Remanente Vieja Federación con la nueva ciudad, se daba a nivel comercial, sanitario, legal y político.
“La Vieja”, como la denominan los federaenses, estuvo inicialmente habitada por aquellas familias federaenses que ocupaban la periferia del antiguo asentamiento y que no pudieron acceder a una casa en Nueva Federación, dado que en su mayoría, se desempeñaban como jornaleros o changarines urbanos y no poseían ingresos estables -requisito indispensable para obtener un crédito para pagar la nueva vivienda y ser realojado en Nueva Federación- presentando una casi nula participación en los procesos decisionales de la comunidad federaense.
